No lo había pensado. Me asombra pensar que alguien que lleve alrededor de 40 años trabajando y con varias carreras universitaras esté en peores condiciones que un joven que ni siquiera ha terminado su bachillerato: tiene una deuda con los bancos de más de sesenta millones de pesos colombianos. Ahhh, y sigue trabajando, luego aun no es dueño de su tiempo.
Por lo menos el joven no tiene su saldo en rojo.
Nada tan lamentable como formar a los jóvenes en los colegios para que salgan a laborar como empleados sin el panorama amplio de ser creadores de riqueza, entendida ésta como la posibilidad de tener condiciones de vida de alta calidad y autonomía vital.
Todavía peor cuando esta educación se da en las universidades.
Me duele saber que una persona aunque tenga mucha formación académica dependa exclusivamente del TRABAJO, de sus aptitudes para tener lo básico:
1. Casa: mientras tenga trabajo y pueda pagar su arriendo
2. Alimentación en la medida en que puede devengue un salario para abastecerse
3. Vestido: si hay trabajo se viste, de lo contrario hasta sirve la ropa que deja el vecino
4. Salud: Si está vinculado laboralmente queda adscrito a la seguridad social, de lo contrario depende sólo del estado.
Cuando pierde el precidado TRABAJO, ni casa, ni alimentos, ni salud. Mejor dicho, nada.
En conclusión, todo depende de su TRABAJO, de lo que puede producir para otro, ni siquiera para sí mismo.
Es indispensable la formación de un ciudadano que además piense en crear empresa o, por lo menos en una educación financiera que le permita administrar de manera inteligente lo que devenga por su TRABAJO de tal modo que pueda en un tiempo limitado poderse retirar sin depender para sus necesidades básicas del único recurso: ÉL
Aprender a vivir en el mundo en que se ha nacido, dejar de levitar en mundos quiméricos que sólo son posibles en las alucinaciones de filósofos de la pereza y la ineptitud. Esto significa educar para desempeñarse de manera efectiva y eficiente en una sociedad capitalista, consumista, liberal.
Desarrollar habilidades para no sucumbir en un mundo que exige resultados en el tiempo, que busca utilidad, en pro del producto y del consumo.
Jóvenes que se preparen para competir y ganar y no para ser meros soñadores repletos de necesidades, sobreaguando a las adversidades para poder sobrevivir orgánicamente, muchas veces, incluso arruinando hasta la tan cacareada dignidad a cambio de la satisfacción de las necesidades vitales: alimento, vivienda, salud...
Por lo menos el joven no tiene su saldo en rojo.
Nada tan lamentable como formar a los jóvenes en los colegios para que salgan a laborar como empleados sin el panorama amplio de ser creadores de riqueza, entendida ésta como la posibilidad de tener condiciones de vida de alta calidad y autonomía vital.
Todavía peor cuando esta educación se da en las universidades.
Me duele saber que una persona aunque tenga mucha formación académica dependa exclusivamente del TRABAJO, de sus aptitudes para tener lo básico:
1. Casa: mientras tenga trabajo y pueda pagar su arriendo
2. Alimentación en la medida en que puede devengue un salario para abastecerse
3. Vestido: si hay trabajo se viste, de lo contrario hasta sirve la ropa que deja el vecino
4. Salud: Si está vinculado laboralmente queda adscrito a la seguridad social, de lo contrario depende sólo del estado.
Cuando pierde el precidado TRABAJO, ni casa, ni alimentos, ni salud. Mejor dicho, nada.
En conclusión, todo depende de su TRABAJO, de lo que puede producir para otro, ni siquiera para sí mismo.
Es indispensable la formación de un ciudadano que además piense en crear empresa o, por lo menos en una educación financiera que le permita administrar de manera inteligente lo que devenga por su TRABAJO de tal modo que pueda en un tiempo limitado poderse retirar sin depender para sus necesidades básicas del único recurso: ÉL
Aprender a vivir en el mundo en que se ha nacido, dejar de levitar en mundos quiméricos que sólo son posibles en las alucinaciones de filósofos de la pereza y la ineptitud. Esto significa educar para desempeñarse de manera efectiva y eficiente en una sociedad capitalista, consumista, liberal.
Desarrollar habilidades para no sucumbir en un mundo que exige resultados en el tiempo, que busca utilidad, en pro del producto y del consumo.
Jóvenes que se preparen para competir y ganar y no para ser meros soñadores repletos de necesidades, sobreaguando a las adversidades para poder sobrevivir orgánicamente, muchas veces, incluso arruinando hasta la tan cacareada dignidad a cambio de la satisfacción de las necesidades vitales: alimento, vivienda, salud...
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