Y de quién es la culpa?
Ninguno tiene la "culpa", hay responsabilidades que que no se asumen y se delegan a otros eludiendo la propia en un afán de "quedar bien.
Pareciera que hace parte de la idiosincrasia colombiana. Lo acabamos de ver en el proceso de paz adelantado con la insurgencia, quienes achacan la sociedad colombiana y a los gobiernos la responsabilidad de la violencia en el país, apareciendo como víctimas del estado de cosas que se ha vivido en la nación. Argumentan que el baño de sangre ha sido efecto de las conductas sociales, de las acciones de gobiernos, excepto de ellos, haciendo ver la violencia generada como un producto de esa sociedad y ese gobierno, mas no como producto de su desenfreno, su apetito de dinero rápido y ansias de poder.
Sucede a diario en la cotidianidad de la Universidad pública y su entorno educativo. La baja calidad de la educación, los escasos aprendizajes de los jóvenes, el subdesarrollo de competencias se endilga a políticas de estado, pero de ninguna manera a los procesos escolares, a los agentes educativos. Pareciera que el problema del bajo nivel educativo radica en el gobierno y la estructura educativa, en los estudiantes que no aprenden y las familias que no apoyan el ejercicio formativo. Año tras año se suscitan marchas de protesta y paros para exigir "calidad de la educación pública". A cada uno de estos movimientos el gobierno responde con algún programa y con la inyección de recursos económicos, que nunca son suficientes. Parece que cuanto más se pide y más da el gobierno, más falta. Es un bolsillo sin fondo.
En los colegios públicos se ven grandes bancos de libros, gran cantidad de material didáctico, los rectores no alcanzan a ejecutar los presupuestos porque no pasan listados de recursos para el desarrollo académico. A través de los entes formativos que se tienen, como la Escuela del Maestro y MOVA, se ofrece una gran cantidad de cursos de actualización y formación continuada a los docentes. El Ministerio de Educación ha proporcionado gran cantidad de becas para postgrado en universidades de prestigio, igual lo hacen las entidades territoriales. Sin embargo, se siguen pidiendo "mejores condiciones" y "calidad de la educación pública". Se tienen colegios con más docentes de los que se requiere, abundan los programas de apoyo desde otras secretarías, se paga transporte, alimentación escolar y, aún así, no satisfacen el voraz apetito de los promotores de los paros y marchas de protesta.
En los ejercicios diagnósticos de la educación se enumeran amplias listas de carencias: recursos didácticos, formación continuada de los docentes, déficit presupuestal para la salud y las pensiones.
En el balance queda en deuda el gobierno y la familia. De la familia se dice que no apoyan el proceso formativo, que son ausentes de la escuela, que no acuden a los llamados para la escuela de padres, que son apáticos a la educación.
Los docentes salen bien librados. Tienen alta cualificación, están bien preparados, en la evaluación de desempeño alcanzan puntajes cercanos a 100, o sea, casi perfectos. Preparan muy bien las clases, sólo que los estudiantes no aprenden: porque son muchos en el aula, porque hay problemas de convivencia, por las barreras de aprendizaje, por los trastornos psicosociales... en fin, por innumerables causas. De su idoneidad no cabe duda, el problema son los estudiantes que no aprenden, las familias que no apoyan y el gobierno que presta un servicio educativo de baja calidad.
Si tuviéramos las condiciones que exigen los docentes, con la cualificación que tienen, tendríamos, parece, una excelente educación. Así como la exigen los docentes! jajaja...
Comentarios
Publicar un comentario