"Hora de juego libre", "dibujo libre", "internet libre", "libertad de cátedra"... Las mejores clases, las "libres", en que los estudiantes hacen lo que quieren con lo que pueden sin orientación y para que el docente tenga tiempo "libre" para otros menesteres "altamente pedagógicos".... jajaja...
Ahhhh, y si a esto le sumamos las clases en que se colorean mandalas, se llenan sopas de letras tenemos un currículo altamente libre. Si, libre de exigencia en el pensamiento, de retos académicos, de análisis exhaustivo, de iniciativas para el éxito.
Me avergüenza de esa libertad.
Libertada para que juegue libre, como lo hace en la calle sin docente, sin currículo, sin escuela.
Libertad para que navegue en internet por páginas prohibidas, por redes sociales, por videos, por música igual que en su casa sin la orientación de un tutor.
Libertad para "dibujar" los mismos monigotes que hace cuando está desocupado.
Libertad de cátedra para implantar ideologías políticas según nuestras inclinaciones y frustraciones con el argumento de formar el pensamiento crítico de los estudiantes. A partir de esta criticidad los estudiantes adquieren el hábito de quejarse de todo, criticar sin razones de peso (sólo porque se vuelve moda algún tema...), desconocer la autoridad, adquirir una personalidad contestataria, autocrática, rebelde.
Sopas de letras, pintura de mandalas.
Ahhhh, y si a esto le sumamos las clases en que se colorean mandalas, se llenan sopas de letras tenemos un currículo altamente libre. Si, libre de exigencia en el pensamiento, de retos académicos, de análisis exhaustivo, de iniciativas para el éxito.
Me avergüenza de esa libertad.
Libertada para que juegue libre, como lo hace en la calle sin docente, sin currículo, sin escuela.
Libertad para que navegue en internet por páginas prohibidas, por redes sociales, por videos, por música igual que en su casa sin la orientación de un tutor.
Libertad para "dibujar" los mismos monigotes que hace cuando está desocupado.
Libertad de cátedra para implantar ideologías políticas según nuestras inclinaciones y frustraciones con el argumento de formar el pensamiento crítico de los estudiantes. A partir de esta criticidad los estudiantes adquieren el hábito de quejarse de todo, criticar sin razones de peso (sólo porque se vuelve moda algún tema...), desconocer la autoridad, adquirir una personalidad contestataria, autocrática, rebelde.
Sopas de letras, pintura de mandalas.
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