No sé si en la historia humana haya registros de personas que en algún momento de sus vidas después de una estela de maldad hayan hecho transformaciones vitales tan radicales que hayan pasado de villanos a honrados o nobles. Me limito sólo a mi exigua experiencia: No he visto tal caso.
En la barbarie en que se vio envuelto nuestro país en los años de violencia guerrillera se ha vivido toda clase de atrocidades, pero me doy cuenta que eso no fue relevante y hasta parece que se justifican tales aberraciones. En los medios de comunicación, en las universidades, en el gobierno y en los círculos llamados "eruditos" se hace caso omiso de las aberraciones de los violentos. Por fortuna existe el perdón, puesto que de otra forma sería imposible continuar la vida con el recuerdo de tanto dolor. En Colombia la violencia guerrillera se ensañó contra los más débiles con la excusa de la destrucción del poder de los ricos. Fueron los pueblos los que terminaron siendo destruidos; las familias humildes con huérfanos y viudas; los desposeídos quienes fueron reclutados en las tropas; los humildes desaparecidos; los secuestrados de menos recursos los que nunca volvieron a casa...y, finalmente fueron los violentos los vencedores, los perdonados...
Bien que obtengan el indulto bajo la exigencia de no repetición, pero que no tengan prebendas, prerrogativas, dádivas.
No es presentable ante el las lágrimas de la viuda, del hermano, del huérfano que su verdugo esté en lo más alto a costa de su dolor. Dolor que no es merecido. ¿Quién de los avasallados pidió tal guerra? ¿Quién de los asesinados, despojados, secuestrados, reclutados, desplazados se inscribió para ello?
Fue horrible saber que llegaba una tropa de guerrilla. Se sentía el temor, la zozobra, la angustia. No eran bienvenidos a ningún lugar. Se apoderaron a la fuerza de las regiones, las veredas, los pueblos. Todo esto so pena de morir o ser desplazado.
Hoy son los revolucionarios, los adalides del pueblo. ¿De cuál pueblo?
No se conoce una carretera hecha por las huestes guerrilleras, un rollo de tubería para los campesinos, un centro de salud, una escuela. Y no por falta de recursos. Porque ya se sabe que amasan enormes fortunas obtenidas del narcotráfico y del lavado de dineros. Se conoce de grandes hatos ganaderos de su propiedad, de minas, empresas que bajo cuerda les sirven a sus oscuros intereses. Todo porque sólo les interesa el poder a sus líderes.
Así me duele ver, cómo en la universidad y en las instituciones educativas se hace homenaje a estos rufianes, asesinos, delincuentes que con su discurso florido untado de pueblo, repleto de la demagogia del necesitado (léase pobre) convencen a los incautos, a esos que leyendo a los no convencionales se creen de mejor estirpe, con mejores prebendas.
Así me duele ver, cómo en la universidad y en las instituciones educativas se hace homenaje a estos rufianes, asesinos, delincuentes que con su discurso florido untado de pueblo, repleto de la demagogia del necesitado (léase pobre) convencen a los incautos, a esos que leyendo a los no convencionales se creen de mejor estirpe, con mejores prebendas.
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